Una boda es sin duda un momento inolvidable, y quienes lo viven (como partícipes o como invitados) siempre lo atesoran entre sus recuerdos. Pero las imágenes se pierden si no se plasman, y por este motivo en cualquier enlace se hace imprescindible contar con un fotógrafo profesional de bodas que consiga captar la atmósfera de la celebración, reflejando la importancia del día y la belleza del evento. El fotógrafo de bodas debe contar con una serie de cualidades que lo diferencian de otros especialistas dentro de la misma profesión, tales como la discreción y la capacidad de comprender lo que sus clientes necesitan.
El fotógrafo profesional de bodas está llamado, sobre todo, a reflejar en sus imágenes la belleza y la alegría de un momento inolvidable. Quienes contratan sus servicios buscan plasmar los buenos momentos que la celebración dejó en sus vidas, de cara al futuro. El fotógrafo que se encargue de inmortalizar la boda tendrá que reflejar en el reportaje la decoración de los espacios (iglesias, restaurantes, salas, jardines…), la elegancia de los invitados, la belleza de la novia, el atractivo del novio… Y sobre todo, saber captar el clima de alegría del momento y la compenetración entre la pareja.
Hoy día, los reportajes que realiza un fotógrafo profesional de bodas incluyen muchos aspectos que antaño no estaban presentes. Es habitual que la novia requiera la presencia del fotógrafo antes de acudir a la ceremonia, para obtener una serie de tomas informales durante el proceso de preparación. Tras la llegada de los invitados y la entrada a la iglesia o al juzgado, momentos que deberán ser convenientemente retratados por el fotógrafo, la ceremonia vive uno de los instantes cruciales. A continuación, la salida de invitados y novios ofrece al fotógrafo de bodas un momentoinmejorable para retratar la alegría de quienes han acudido a la ceremonia.
Iván y Marta. Julio 2016, Barcelona – Barcelona. El 2016 fue un buen año de bodas, de parejas muy guays y bodas preciosas. La boda de Iván y Marta, sin duda aún más especial, ya que se casaron en Barcelona y contaron conmigo para que les hiciese su postboda, querían algo muy especial y era hacer fotos en los campos de lavanda de Brihuega, un entorno precioso. Pasamos una gran tarde y lo pasamos muy bien y todo salió fantástico, un lugar precioso y ellos una pareja formidable.
Roció Y Edu. Junio 2016 en Madrid, fue una boda genial y muy rociera, en una finca muy chula (Finca La peña del Agua) y con unos invitados fantásticos, todo salió fabuloso el logar, el tiempo, ellos súper simpáticos con muchas ganas y nervios de que llegase este gran día. Pese que a Edu no le gustan las fotos, y tampoco quería hacerse fotos… se animó y conseguimos hacerle unas cuantas, con Roció fue más fácil puesto que ella es una apasionada de la moda, y ya posa como modelo desde tiempo atrás.
Jessica y José Julio 2017 Alcobendas, Madrid. Esta boda es una boda muy especial y la recuerdo con mucho cariño, no por el restaurante ya que fue en un restaurante céntrico de Alcobendas, o por sus magníficos invitados, que la verdad que fueron fabulosos si no por ellos mismos, los novios, no he visto una pareja que se apoye tanto, en lo bueno y en lo malo, sin estar casados siquiera.. ella una luchadora como no hay otra, aferrada a la vida y sin querer dejar de vivir cada momento, y José un chico enamorado que sin duda será por siempre el compañero ideal de viajes de Jessica. Se dice de que cada persona tiene su media naranja, es cierto, es una pareja formidable y un placer el haber podido hacer su boda.
Carlos y Mali Agosto 2017 En Madrid, Un día de verano en Madrid, el 10 de Agosto del 2017, Carlos y Mali por fin cumplieron otro de sus grandes sueños: se casaron… bueno decir que ella es de Tailandia y se casaron poco más de un mes antes en Tailandia, donde no me habría importado ir para poder hacerles su reportaje de bodas allí mismo, pero no se pudo dar el caso.. Cachis!!. A Esta pareja, solo hace falta mirarles a los ojos, para ver que están hechos el uno para el otro, los dos tienen un punto de locura y son una pareja encantadora donde las haya, para que luego digan de las diferencias culturales…
Laura y Pedro se casaron en Julio 2018, donde pudimos ver cuanto amor existe en esta pareja, os presento la celebración de esta fantástica boda en la finca La Revolera (Chinchón). Una boda intima y personal, donde el novio llego a caballo hasta el altar y la novia en un precioso carruaje de caballos.
Itziar y George Junio del 2019 En Galapagos, tenían claro que querían sellar su relación. Organizar una boda siempre resulta complicado y uno de los aspectos que les generaba más dudas era cómo ir a la finca. De repente tuvieron una idea. «un coche de época». Empezó siendo una tontería comenta Itziar. La ocurrencia fue tomando cuerpo y el coche se hizo una realidad, se convirtió en su limusina para el gran día y como podéis ver en las fotos, fue un gran acierto.
Arroz en Alemania
Después de la boda, se acostumbra a lanzar arroz a la pareja mientras salen de la iglesia, ayuntamiento o lugar de la ceremonia. Se dice que el
matrimonio tendrá tantos hijos como el número de granos de arroz que se queden en el cabello de la novia.
llegaron a nosotros?
1 El color azul. La costumbre de que la novia lleve algo azul el día de su boda surgió en Israel, lugar en el que ella pasaba por un arco azul antes de llegar al altar, en señal de
fidelidad. En la actualidad se puede llevar algo azul en cualquier parte, no obstante no es mala idea que la liga sea azul. “Blue” (azul) en inglés rima con “true” (verdadero), que ayudó a su
popularización.
2 Lanzar el bouquet. Una costumbre que llega desde los Estados Unidos es la de lanzar el bouquet a las amigas solteras. La idea es que quien lo atrape será la próxima en casarse. En
España, el bouquet se entrega a alguien acordado por los novios mientras que en Perú o se lanza a las amigas o se hace secar (entonces se tira un bouquet alternativo) y se guarda para el
recuerdo.
3 Llevar algo prestado. Esta tradición también proveniente de los Estados Unidos: sugiere que la novia lleve algún accesorio o prenda de una mujer que tenga un matrimonio
feliz para que la buena fortuna se quede con ella. De la mano de esta costumbre está la de llevar algo viejo en señal de que pese al pasado la vida continua. Se recomienda que este sea una joya
familiar.
4 Ver a la novia con el vestido. Si el novio ve a la novia con el vestido puesto antes de la ceremonia, es señal clara de mala suerte. Esta costumbre viene de los tiempos en que los
matrimonios eran arreglados por los padres y el novio podía desistir de casarse. Hoy en día los novios suelen tomarse la sesión de fotos antes de la ceremonia sin ningún problema. No obstante,
hay quienes prefieren observar la regla.
5 Cargar a la novia. Se piensa que este ritual tiene dos orígenes. El primero, viene de la Europa Medieval, donde se creía que era de mal gusto que la novia muestre su deseo de
consumar el matrimonio, por eso necesitaba que el esposo la cargara hasta la habitación. El segundo, tiene origen en la creencia de que los malos espíritus podían esconderse en la suela de sus
zapatos y traerle mala suerte. Por eso mismo, también tenían que levantarla.
6 El velo. Según la tradición romana el velo que cubre el rostro de la novia la protege de los espíritus celosos de su felicidad. Su uso se popularizó en la Inglaterra medieval y desde
entonces se le vinculó con la inocencia y la castidad. En las culturas de Medio Oriente el velo oculta completamente la cara de la novia al novio, que supuestamente nunca la había visto. El velo
solo se retira al terminar la ceremonia. Hay otra tradición que indica que cuando la novia pierde el velo después de la boda, le sucede algo malo al novio.
7 La liga en la pierna. El momento más divertido de una boda: cuando el novio se asoma por debajo del vestido de su amada para sacarle la liga. Se piensa que esta costumbre surgió en el
siglo XIV en Francia. En esa época todos los invitados (no solo el novio) intentaban retirar la liga de la novia en señal de buena suerte. Hoy en día la novia solo deja que el novio le retire la
liga. El resto de los invitados solo observa.
8 Vestida de blanco. Cuando en 1840 la reina Victoria de Inglaterra se casó, eligió un color de vestido que fue considerado extraño y algo conservador. En esa época las novias llegaban
al altar con vestidos de colores, no obstante la reina decidió vestirse de blanco. Así estableció una tendencia que prevalece hasta el día de hoy pues el color blanco significa pureza, inocencia
y castidad.
9 Tirar arroz a los novios. El arroz simboliza prosperidad y fertilidad, por ello, cuando los invitados lanzan los granos de este cereal a los novios al terminar la ceremonia, les desean
abundancia en un sentido amplio. También se puede reemplazar el arroz por pétalos de rosa pues estos auguran un futuro dulce y pleno. Esta es una costumbre que llegó de Oriente a Europa durante
la Edad Media y sigue con nosotros hasta hoy.
10 No usar perlas. Esta tradición tiene dos lecturas. Algunos creen que las perlas representan las futuras lágrimas cristalizadas de la novia, por lo que llevarlas como adorno el día de
la boda se considera de mala suerte. Otros, más positivos, interpretan a las perlas como una manifestación de las posibles lágrimas de la novia que, ya cristalizadas, no aparecerán en el
futuro
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